Pepa tiene una gata,
Pepe tiene un gatito,
la gata se llama Kika,
Kiko se llama el gatito.
Kika tiene una lora,
Kiko tiene un lorito,
la lora se llama Tita,
Tito se llama el lorito.
Tita tiene una rana,
Tito tiene un ranito,
la rana se llama Trola,
Trolo se llama el ranito.
Trola tiene una mosca,
Trolo tiene un mosquito,
la mosca se llama Lita,
Lito se llama el mosquito
Kika con Kiko,
Tita con Tito,
Trola con Trolo,
Lita con Lito.
lunes, 30 de marzo de 2009
LA HORMIGUITA
Una hormiguita iba andando
camino de su hormiguero,
y de repente tembló
el suelo del mundo entero.
Un gran pastor alemán
pasó saltando a su lado,
y con su cola barrió
a la hormiguita , ¡ay que espanto!
Temblando estaba
con el susto todavía,
cuando el bastón de un pastor
en su cabeza tenía.
Enseguida, de un buen salto,
se apartó de su camino,
sudando, con muchos nervios
y se fue a parar a un río.
Media ahogada y sin aliento
llegó nadando a la orilla,
todavía no se explica
como sigue estando viva.
Una ráfaga de viento
la empuja a unos matorrales,
y en un momento se encuentra
rodeada de animales.
Como puede y muy despacio
callada, sin hacer ruido,
escapa sin que la vean
esta vez suerte ha tenido.
Al fin en el hormiguero
se mete en el agujero,
con el cuerpo destrozado
¡Con el miedo que ha pasado!
Con cuatro patas colgando,
con su cabeza quebrada,
la hormiguita ya no quiere
no quiere salir por nada.
Que esta vida es muy dura,
la suerte no la acompaña,
está viva de milagro,
¡Dios dirá de aquí a mañana!
camino de su hormiguero,
y de repente tembló
el suelo del mundo entero.
Un gran pastor alemán
pasó saltando a su lado,
y con su cola barrió
a la hormiguita , ¡ay que espanto!
Temblando estaba
con el susto todavía,
cuando el bastón de un pastor
en su cabeza tenía.
Enseguida, de un buen salto,
se apartó de su camino,
sudando, con muchos nervios
y se fue a parar a un río.
Media ahogada y sin aliento
llegó nadando a la orilla,
todavía no se explica
como sigue estando viva.
Una ráfaga de viento
la empuja a unos matorrales,
y en un momento se encuentra
rodeada de animales.
Como puede y muy despacio
callada, sin hacer ruido,
escapa sin que la vean
esta vez suerte ha tenido.
Al fin en el hormiguero
se mete en el agujero,
con el cuerpo destrozado
¡Con el miedo que ha pasado!
Con cuatro patas colgando,
con su cabeza quebrada,
la hormiguita ya no quiere
no quiere salir por nada.
Que esta vida es muy dura,
la suerte no la acompaña,
está viva de milagro,
¡Dios dirá de aquí a mañana!
domingo, 29 de marzo de 2009
EL COCODRILO GIGANTE
Descansando en una piedra
un cocodrilo dormía,
siempre se encontraba solo
pues su tamaño temían.
Eran tan grandes sus dientes
tan enormes sus encías,
que nadie se le acercaba.
temiendo perder la vida.
El cocodrilo era bueno
y le causaba dolor,
que los demás animales
le tuvieran tal terror.
Un perezoso le mira
desde un árbol, en lo alto,
acomodado en un tronco,
un rato lleva observando.
Abre sus ojos despacio,
mira y le vuelve a mirar,
ve al enorme cocodrilo
su mandíbula cerrar.
De repente, al cocodrilo,
le empieza a doler un diente,
se está poniendo nervioso
y se remueve impaciente.
El perezoso le observa
siente su enorme dolor,
más su cordura conserva
y tiene mucho temor.
El cocodrilo se mueve,
se retuerce con furor,
y con la fuerza que tiene
causa en la tierra un temblor.
El perezoso asustado
le mira con compasión,
de un lado a otro se mueve
con gran desesperación.
Un elefante se acerca
alarmado por los ruidos,
extendidas las orejas
al perezoso le ha oído.
El cocodrilo de panza
con el dolor no se entera,
que desde fuera le miran
y ven que se desespera.
El perezoso muy lento
ha empezado a descender,
con su trompa el elefante
le ha bajado donde él.
Poco a poco se le acercan,
y estando a su lado ya,
el reptil abre su boca
y el diente le ven sangrar.
Con su trompa el elefante
engancha muy bien el diente,
tirando con mucha fuerza,
el perezoso lo siente.
El alivio, ahora ha sido,
el alivio, ahora siente,
lo ha notado el cocodrilo
casi inmediatamente.
Los tres están muy contentos
después de lo sucedido,
sobre todo el cocodrilo
que les mira agradecido.
Les cuenta toda su vida,
cuánto era su dolor,
de nuevo les da las gracias
por superar su temor.
Juntos a tomar el sol
al cocodrilo acompañan,
dándose cuenta que a veces
las apariencias engañan.
un cocodrilo dormía,
siempre se encontraba solo
pues su tamaño temían.
Eran tan grandes sus dientes
tan enormes sus encías,
que nadie se le acercaba.
temiendo perder la vida.
El cocodrilo era bueno
y le causaba dolor,
que los demás animales
le tuvieran tal terror.
Un perezoso le mira
desde un árbol, en lo alto,
acomodado en un tronco,
un rato lleva observando.
Abre sus ojos despacio,
mira y le vuelve a mirar,
ve al enorme cocodrilo
su mandíbula cerrar.
De repente, al cocodrilo,
le empieza a doler un diente,
se está poniendo nervioso
y se remueve impaciente.
El perezoso le observa
siente su enorme dolor,
más su cordura conserva
y tiene mucho temor.
El cocodrilo se mueve,
se retuerce con furor,
y con la fuerza que tiene
causa en la tierra un temblor.
El perezoso asustado
le mira con compasión,
de un lado a otro se mueve
con gran desesperación.
Un elefante se acerca
alarmado por los ruidos,
extendidas las orejas
al perezoso le ha oído.
El cocodrilo de panza
con el dolor no se entera,
que desde fuera le miran
y ven que se desespera.
El perezoso muy lento
ha empezado a descender,
con su trompa el elefante
le ha bajado donde él.
Poco a poco se le acercan,
y estando a su lado ya,
el reptil abre su boca
y el diente le ven sangrar.
Con su trompa el elefante
engancha muy bien el diente,
tirando con mucha fuerza,
el perezoso lo siente.
El alivio, ahora ha sido,
el alivio, ahora siente,
lo ha notado el cocodrilo
casi inmediatamente.
Los tres están muy contentos
después de lo sucedido,
sobre todo el cocodrilo
que les mira agradecido.
Les cuenta toda su vida,
cuánto era su dolor,
de nuevo les da las gracias
por superar su temor.
Juntos a tomar el sol
al cocodrilo acompañan,
dándose cuenta que a veces
las apariencias engañan.
LOS GALLOS CANTORES
En un pueblo muy lejano
dos granjas juntas había,
cada una con su gallo
que sus peleas tenían.
Al amanecer cantaban
los dos gallos a la vez,
cada día un poco antes
cada día un rato después.
Hubo un momento en el pueblo
que nadie podía dormir,
pues los gallos todo el día
cantaban el kikirikí.
De día y noche cantaban,
cada cual más presumía
de sus cantos, de sus bailes,
de las voces que tenían.
Los dos granjeros muy hartos
a los gallos advirtieron,
que de seguir con sus cantos
les echarán al puchero.
Los gallos muy estirados
en su postura seguían,
volviendo loca a la gente
con sus cantos todavía.
Los granjeros no dormían,
y tan cansados estaban,
que una noche sin pensarlo
al puchero los echaban.
Los gallos muy asustados,
decidieron intentar
al fin ponerse de acuerdo
para volver a cantar.
Los lunes cantaba uno,
el martes cantaba el otro,
hasta llegar el domingo
que cantaba cada uno un poco.
Los granjeros descansados
pues ya podían dormir,
de las voces de sus gallos
empiezan a presumir.
Les han llevado a un concurso,
después de tanto ensayar,
han decidido juntos
ponerse a participar.
El primer premio han ganado
tan bien dan el recital,
que los granjeros contentos
les van a felicitar.
Los gallos muy orgullosos
al pueblo van a cantar,
sólo de cuatro a cinco
¡No se vayan a cansar!
dos granjas juntas había,
cada una con su gallo
que sus peleas tenían.
Al amanecer cantaban
los dos gallos a la vez,
cada día un poco antes
cada día un rato después.
Hubo un momento en el pueblo
que nadie podía dormir,
pues los gallos todo el día
cantaban el kikirikí.
De día y noche cantaban,
cada cual más presumía
de sus cantos, de sus bailes,
de las voces que tenían.
Los dos granjeros muy hartos
a los gallos advirtieron,
que de seguir con sus cantos
les echarán al puchero.
Los gallos muy estirados
en su postura seguían,
volviendo loca a la gente
con sus cantos todavía.
Los granjeros no dormían,
y tan cansados estaban,
que una noche sin pensarlo
al puchero los echaban.
Los gallos muy asustados,
decidieron intentar
al fin ponerse de acuerdo
para volver a cantar.
Los lunes cantaba uno,
el martes cantaba el otro,
hasta llegar el domingo
que cantaba cada uno un poco.
Los granjeros descansados
pues ya podían dormir,
de las voces de sus gallos
empiezan a presumir.
Les han llevado a un concurso,
después de tanto ensayar,
han decidido juntos
ponerse a participar.
El primer premio han ganado
tan bien dan el recital,
que los granjeros contentos
les van a felicitar.
Los gallos muy orgullosos
al pueblo van a cantar,
sólo de cuatro a cinco
¡No se vayan a cansar!
BLACITA
Dos ovejas se alejaban
del rebaño muy aprisa,
sin saber, ni darse cuenta,
del peligro que corrían.
Iban balando contentas,
burlándose del pastor,
burlándose de los perros
con mucha y mala intención.
Blacita, la más pequeña,
ve escapar a las ovejas,
y en silencio va tras ellas,
ninguna se ha dado cuenta.
Llegando a la orilla del río,
las ovejas han dudado,
y cogiendo carrerilla
al otro lado han saltado.
Blacita, al llegar al río,
a las ovejas imita,
y al agua fría ha caído
la pequeña de patitas.
Al escuchar los balidos
las dos ovejas se han vuelto,
y al ver allí a la ovejita
el corazón les da un vuelco.
Blacita dentro del río,
a flote intenta salir,
tragando agua, se ahoga,
a punto está de morir.
No saben en que momento
ha aparecido el pastor,
con ayuda de los perros
a la ovejita sacó.
La pequeña está empapada,
pero ha salido con vida,
el pastor mira aliviado
le parece que respira.
Las ovejas pesarosas
sienten mucho lo ocurrido,
no tiene ningún sentido
el peligro que han corrido.
Blacita y las dos ovejas
sin haber sufrido daño,
con el pastor y los perros
contentas van al rebaño.
del rebaño muy aprisa,
sin saber, ni darse cuenta,
del peligro que corrían.
Iban balando contentas,
burlándose del pastor,
burlándose de los perros
con mucha y mala intención.
Blacita, la más pequeña,
ve escapar a las ovejas,
y en silencio va tras ellas,
ninguna se ha dado cuenta.
Llegando a la orilla del río,
las ovejas han dudado,
y cogiendo carrerilla
al otro lado han saltado.
Blacita, al llegar al río,
a las ovejas imita,
y al agua fría ha caído
la pequeña de patitas.
Al escuchar los balidos
las dos ovejas se han vuelto,
y al ver allí a la ovejita
el corazón les da un vuelco.
Blacita dentro del río,
a flote intenta salir,
tragando agua, se ahoga,
a punto está de morir.
No saben en que momento
ha aparecido el pastor,
con ayuda de los perros
a la ovejita sacó.
La pequeña está empapada,
pero ha salido con vida,
el pastor mira aliviado
le parece que respira.
Las ovejas pesarosas
sienten mucho lo ocurrido,
no tiene ningún sentido
el peligro que han corrido.
Blacita y las dos ovejas
sin haber sufrido daño,
con el pastor y los perros
contentas van al rebaño.
jueves, 26 de marzo de 2009
LOS CEFALÓPODOS
Un pulpo y un calamar
en el mar jugando estaban,
sin apenas darse cuenta
que sus brazos se enredaban.
Empezaron por dos brazos,
luego otros cuatro siguieron,
después el resto enredaron
los tentáculos enteros.
Cuánto más tiraban de ellos
mucho mayor el enredo,
un amasijo de brazos
un embrollo que da miedo.
Un besugo les miraba
sin dejar de sonreir,
la cosa tenía su gracia
no paraba de reir.
Al calamar del esfuerzo
se le ha escapado la tinta,
el pulpo se queda ciego,
del susto, con fuerza grita.
El besugo a carcajadas
no lo puede remediar,
cuánto más mira la escena
mucha más risa le da.
Tira el uno, tira el otro,
siguen y siguen tirando,
el pulpo y el calamar
los nudos van apretando.
Tira el otro, tira el uno,
tirando cada vez más,
los nudos hacen más fuertes
¡Es imposible escapar!
Los dos están muy cansados
han dejado de tirar,
y miran por allí cerca
si alguien les puede ayudar.
El besugo, ahora más serio,
aparece ante sus ojos,
y con extremo cuidado
va soltando a los patosos.
Al verse por fin ya libres
el pulpo y el calamar,
cada uno por su lado
no se atreven ni a tocar.
El besugo divertido
se ha dado pronto la vuelta,
las carcajadas se oyen
desde Almería hasta Huelva.
http://www.safecreative.org/work/0910024619303
en el mar jugando estaban,
sin apenas darse cuenta
que sus brazos se enredaban.
Empezaron por dos brazos,
luego otros cuatro siguieron,
después el resto enredaron
los tentáculos enteros.
Cuánto más tiraban de ellos
mucho mayor el enredo,
un amasijo de brazos
un embrollo que da miedo.
Un besugo les miraba
sin dejar de sonreir,
la cosa tenía su gracia
no paraba de reir.
Al calamar del esfuerzo
se le ha escapado la tinta,
el pulpo se queda ciego,
del susto, con fuerza grita.
El besugo a carcajadas
no lo puede remediar,
cuánto más mira la escena
mucha más risa le da.
Tira el uno, tira el otro,
siguen y siguen tirando,
el pulpo y el calamar
los nudos van apretando.
Tira el otro, tira el uno,
tirando cada vez más,
los nudos hacen más fuertes
¡Es imposible escapar!
Los dos están muy cansados
han dejado de tirar,
y miran por allí cerca
si alguien les puede ayudar.
El besugo, ahora más serio,
aparece ante sus ojos,
y con extremo cuidado
va soltando a los patosos.
Al verse por fin ya libres
el pulpo y el calamar,
cada uno por su lado
no se atreven ni a tocar.
El besugo divertido
se ha dado pronto la vuelta,
las carcajadas se oyen
desde Almería hasta Huelva.
http://www.safecreative.org/work/0910024619303
LOS DOS ANGELITOS
En las nubes juegan
los dos angelitos,
vestidos de blanco
con dos pajaritos.
En las nubes saltan
son rubios los dos,
con hermosos rizos
¡Qué guapos que son!
Con los animales
no se portan bien,
les atan las alas
con un gran cordel.
La Virgen les mira
seria desde el cielo,
estos angelitos
arman gran revuelo.
Y los dos traviesos
siguen tramando,
con cara de pillos
y siguen jugando.
A una cometa
que vuela una niña,
la cortan la cuerda
la dejan perdida.
La niña pequeña
no puede creer,
que esos angelitos
no se porten bien.
La Virgen se enfada
les hace llamar,
ya tanto jolgorio
¡Esto va a acabar!
Les mira tranquila
ya sabe que hacer,
a los dos les pone
cara a la pared.
Los dos angelitos
quedan en silencio,
y buscan el modo
de poner remedio.
Sueltan a los pájaros,
devuelven la cometa
a la niña pequeña
que ya está contenta.
La Virgen les dice
mirándoles bien,
que buenos modales
tienen que aprender.
Y ya muy cansados,
buscan a la luna
al llegar la noche
para hacer su cuna.
La Virgen sonríe
viéndoles dormidos,
estos angelitos
son dos torbellinos.
los dos angelitos,
vestidos de blanco
con dos pajaritos.
En las nubes saltan
son rubios los dos,
con hermosos rizos
¡Qué guapos que son!
Con los animales
no se portan bien,
les atan las alas
con un gran cordel.
La Virgen les mira
seria desde el cielo,
estos angelitos
arman gran revuelo.
Y los dos traviesos
siguen tramando,
con cara de pillos
y siguen jugando.
A una cometa
que vuela una niña,
la cortan la cuerda
la dejan perdida.
La niña pequeña
no puede creer,
que esos angelitos
no se porten bien.
La Virgen se enfada
les hace llamar,
ya tanto jolgorio
¡Esto va a acabar!
Les mira tranquila
ya sabe que hacer,
a los dos les pone
cara a la pared.
Los dos angelitos
quedan en silencio,
y buscan el modo
de poner remedio.
Sueltan a los pájaros,
devuelven la cometa
a la niña pequeña
que ya está contenta.
La Virgen les dice
mirándoles bien,
que buenos modales
tienen que aprender.
Y ya muy cansados,
buscan a la luna
al llegar la noche
para hacer su cuna.
La Virgen sonríe
viéndoles dormidos,
estos angelitos
son dos torbellinos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)